En un mundo que demanda cada vez más electricidad y con un medio ambiente cada vez más dañado, China está liderando el desarrollo de lo que algunos consideran «el santo grial de la energía».
¿Imaginas una energía inagotable que apenas genere residuos? Esta es la ambiciosa promesa de la fusión nuclear.
En la Isla de la Ciencia de la provincia de Anhui, en el este de China, hay una gran rosquilla de metal reluciente ubicada en una enorme caja brillante y redonda, casi tan grande como un apartamento de dos pisos. Se trata del Tokamak Superconductor Experimental Avanzado (o EAST, por sus siglas en inglés).
En el interior, los átomos de hidrógeno se fusionan y se convierten en helio, que puede generar una temperatura varias veces superior a la del núcleo del sol.
Unos potentes imanes controlan la reacción, que, si se mantiene, podría producir pronto grandes cantidades de electricidad.
En todo el mundo se está tratando de avanzar en el manejo de la fusión nuclear: Estados Unidos, Japón, Corea, Brasil, Unión Europea… pero ninguno puede mantenerla estable por tanto tiempo como el equipo de Anhui.
En este momento, ese tiempo es de 100 segundos y cada año es mayor. Aquí ya están hablando de alcanzar un objetivo de tiempo 10 veces superior, y a temperaturas de 100 millones de grados centígrados.
Mantener una reacción de fusión limitada en un entorno controlado ha sido posible durante más de 50 años. Sin embargo, la duración es aún muy inferior a lo que se necesitaría para capturar esta gran cantidad de calor y convertirla en electricidad.
El sistema EAST es una versión mejorada del diseño ruso original.
Los reactores nucleares actuales dependen de la fusión y la división de un átomo, que genera residuos tóxicos y que deben almacenarse de manera segura durantedecenas de miles de años.
En cambio, una planta de energía de fusión nuclear la generaría por la unión de dos núcleos que forman uno solo. Después, los imanes de la pared interna de la ‘rosquilla’ contienen la reacción (llamada plasma) dentro del enorme tubo.
Fundamentalmente, nos dijeron, esto no genera residuos.
Sin embargo, esta tecnología no es barata.
Solo encender la maquinaria cuesta US$15.000 al día, y eso sin contar los salarios de cientos de especialistas, la construcción de edificios y demás necesidades.
Sin embargo, el gobierno chino está rebuscando en sus profundos bolsillos para financiar este proyecto, siendo perfectamente consciente de que podrían pasar décadas antes de que la fusión consiga iluminar las principales ciudades del país.
«La fusión va a requerir enormes avances por parte científicos e ingenieros, así como un gran respaldo financiero del gobierno», dijo Song.
«Es un proyecto que cuesta mucho, pero personalmente creo que va a ser grandioso para el desarrollo sostenible de la humanidad».
Debido a que tiene un precio tan elevado y a su complicación, la búsqueda de la fusión está contando con una importante colaboración entre países.
Por ejemplo, China es uno de los países que contribuyen al ambicioso proyecto Reactor Termonuclear Experimental Internacional (ITER, por sus siglas en inglés) en el sur de Francia que, además de los países europeos, atrae también a India, Japón, Rusia, Corea del Sur y Estados Unidos. Se espera que comience a probarse en el año 2025.
Mientras tanto, China también está dando pasos de gigante por sí misma en este campo.
El siguiente paso propuesto para este equipo es diseñar un modelo de reactor de fusión nuclear completo y capaz de generar electricidad. Para poder funcionar adecuadamente, tendría que ser mucho más grande que lo que hemos visto hasta ahora y capaz de contener una reacción de plasma de manera indefinida, y no durante minuto y medio.
«La demanda de energía es enorme en todos los países y China tiene una hoja de ruta en cuanto a la generada por fusión», dijo Song. «Queremos completar el diseño de un reactor de fusión de prueba dentro de cinco años. Si lo logramos, será el primer reactor de fusión del mundo».
La idea es que la fusión produzca electricidad en volúmenes más allá de los sueños más ambiciosos de la humanidad.
Puede que esté un poco lejos, pero Pekín se está tomando el desafío muy en serio. Ello significa que, si consigue que funcione, China podría terminar teniendo ventaja sobre todos los demás países en lo que respecta a la generación de energía del futuro.
Fuente: bbcmundo.com